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Nunca en la historia se usó tanto veneno como en nuestros días. Multiplicados en los cuerpos y en los territorios, determinan maneras de vivir y de morir.
El veneno trastorna, invalida. Con un fin determinado, el veneno produce cambios esenciales de una parte del mundo. Es una estrategia drástica, rápida, química, mercantil, para dar por terminada una entidad, un proceso, una situación, y reemplazarla por otra nueva. Es, en definitiva, una manera abrupta de alterar el mundo y con él, a nosotros mismos.
En estas páginas se alternan registros y voces. Aparecen muchas palabras de funcionarios, empresarios y habitantes de las comunidades.
Cuestionamos inevitabilidad del veneno. Nos piden que aceptemos la realidad tal como es dada. Pero no, no la aceptamos. De esta negación nace la pregunta del libro: ¿Qué pasa cuando el veneno se hace política y se genera la política del veneno?
